Educar en valores es acompañar a los hijos en el proceso de respuesta libre y personal sobre su propia identidad, y sobre los horizontes y metas que buscan para su felicidad.
Valores e identidad son, en consecuencia, dos realidades inseparables. Una formación plena que permita configurar la identidad de un ser humano en crecimiento, no puede desvincularse o prescindir de una seria y bien planificada educación en los valores.
Valores e identidad son, en consecuencia, dos realidades inseparables. Una formación plena que permita configurar la identidad de un ser humano en crecimiento, no puede desvincularse o prescindir de una seria y bien planificada educación en los valores.
El protagonismo de los padres y más en la etapa de educación infantil, es insustituible. Ellos son los que van a decidir qué valores pretenden involucrar en la educación de sus hijos. Los valores pueden agruparse:
1- Valores biológicos: alimentos, salud, etc. Son necesidades básicas.
2- Valores intelectuales: el conocimiento, la creatividad, razonamiento, etc. Origina el mundo cultural del niño
3- Valores ecológicos: el cuidado, el respeto, y aprecio del medio en que desarrolla la vida.
4- Valores morales: el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la verdad, son los pilares de las relaciones afectivas con el mundo y con los demás.
5- Valores religiosos: son propios de los creyentes y su orientación en la infancia, corresponde a los padres.
1- Valores biológicos: alimentos, salud, etc. Son necesidades básicas.
2- Valores intelectuales: el conocimiento, la creatividad, razonamiento, etc. Origina el mundo cultural del niño
3- Valores ecológicos: el cuidado, el respeto, y aprecio del medio en que desarrolla la vida.
4- Valores morales: el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la verdad, son los pilares de las relaciones afectivas con el mundo y con los demás.
5- Valores religiosos: son propios de los creyentes y su orientación en la infancia, corresponde a los padres.
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